Dapagliflozina en el paciente crítico: ¿un nuevo aliado en la terapia intensiva?

 En los últimos años, los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2i), como la dapagliflozina, han revolucionado el tratamiento de la insuficiencia cardíaca y la enfermedad renal crónica. Sin embargo, su papel en el paciente crítico sigue siendo motivo de debate.

El estudio publicado en JAMA por Tavares et al. (2024) aporta una de las evaluaciones más completas sobre el tema, al analizar los efectos de dapagliflozina en pacientes con disfunción orgánica aguda dentro de la UCI.

¿Qué investigó el estudio?

El ensayo clínico multicéntrico, aleatorizado y doble ciego incluyó a más de 400 pacientes adultos internados en UCI con falla aguda de uno o más órganos.
Los participantes fueron asignados a recibir dapagliflozina 10 mg diarios o placebo, además del tratamiento estándar.

El objetivo principal fue determinar si la dapagliflozina podía reducir la necesidad de terapia de reemplazo renal (TRR) o mejorar los desenlaces clínicos globales durante la hospitalización.


Principales resultados



  • No se observaron diferencias significativas en mortalidad hospitalaria, días libres de UCI o necesidad de TRR entre ambos grupos.

  • La dapagliflozina no aumentó la incidencia de eventos adversos graves, como cetoacidosis o hipoglucemia severa.

  • Se observó una tendencia favorable hacia menor requerimiento de diálisis y mejor balance hídrico en los días posteriores al inicio del fármaco.

En análisis fisiológicos complementarios, los autores encontraron que la dapagliflozina aumentó ligeramente la diuresis y redujo el balance de líquidos sin alterar de manera significativa los electrolitos o la función renal.
Sin embargo, en subgrupos de pacientes con sepsis o bajo soporte vasopresor, se reportó un incremento leve en la necesidad de norepinefrina, lo que sugiere prudencia en su uso en fases de inestabilidad hemodinámica.


Mecanismos potenciales de beneficio

La dapagliflozina actúa bloqueando la reabsorción de glucosa y sodio en el túbulo proximal renal, lo que genera una diuresis osmótica sostenida y leve natriuresis.
A diferencia de los diuréticos de asa, no causa una depleción brusca del volumen intravascular ni altera significativamente el potasio. Además, posee efectos antiinflamatorios y metabólicos que podrían mejorar la eficiencia energética celular y la función mitocondrial en órganos críticos.

Estos mecanismos sustentan el creciente interés por su posible rol como adyuvante en la fase de estabilización o de-resucitación del paciente crítico, especialmente en aquellos con congestión hídrica y función renal preservada.


Precauciones y selección de pacientes

Aunque el perfil de seguridad fue aceptable, los hallazgos de JAMA y del posterior análisis DEFENDER (Zampieri et al., 2025) coinciden en que la dapagliflozina debe evitarse en pacientes con shock activo o que requieran vasopresores.
Su uso podría considerarse una vez alcanzada la estabilidad hemodinámica, particularmente en:

  • Pacientes con sobrecarga de líquidos o balance positivo persistente.

  • Casos de insuficiencia cardíaca o disfunción renal leve.

  • Pacientes en fase de recuperación tras el retiro de soporte vasoactivo.

El seguimiento estrecho de la diuresis, el pH y los electrolitos es esencial durante los primeros días.




El estudio de Tavares et al. no demostró un beneficio clínico contundente, pero sí confirmó que la dapagliflozina es segura en pacientes críticos seleccionados y puede ofrecer ventajas en el manejo del balance hídrico y la función renal.

Su papel en la UCI probablemente no sea reemplazar a los diuréticos clásicos, sino complementarlos en la fase de estabilización, contribuyendo a una diuresis más fisiológica y a la preservación de la función renal.

En palabras simples:

“No es una droga milagrosa para la fase aguda del shock, pero sí podría ser una herramienta prometedora para la fase de recuperación del paciente crítico.”


 Referencia

Tavares M, et al. Effect of Dapagliflozin on Clinical Outcomes in Critically Ill Patients With Acute Organ Dysfunction.
JAMA. 2024;331(18):1760–1772.

doi:10.1001/jama.2024.0732 


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