Uso de Corticoides en Sepsis, SDRA y Neumonía Adquirida en la Comunidad.
Recomendaciones actualizadas sobre el uso de corticoides en pacientes críticos.
Este documento contiene las recomendaciones actualizadas elaboradas por un panel multidisciplinario de
expertos que reúne especialistas en Medicina Crítica, Farmacia, Endocrinología
y otras áreas afines. El enfoque principal es el uso de corticosteroides en
personas críticamente enfermas con sepsis, síndrome de dificultad respiratoria
aguda (SDRA) y neumonía adquirida en la comunidad.
Metodología y proceso de desarrollo
Los autores delinearon cinco preguntas PICO (Paciente,
Intervención, Comparador, Outcome) relacionadas con el uso de corticosteroides
en casos de sepsis y enfermedad respiratoria. La evidencia analizada consideró
tanto la eficacia como la seguridad de las intervenciones, priorizando resultados
como; mortalidad, duración de la ventilación mecánica, ingreso en cuidados
intensivos y efectos adversos. La calidad de la evidencia fue calificada
mediante GRADE y las recomendaciones se formularon considerando el balance de
beneficios y riesgos, preferencias del paciente, recursos y equidad.
Recomendaciones.
- Sepsis
y shock séptico:
- Recomendación: El panel
sugiere administrar corticosteroides en adultos con shock séptico que no
responden a la terapia vasopresora, específicamente en casos de shock
refractario, mediante una recomendación condicional basada en evidencia
de calidad moderada (1A).
- Evidencia: Estudios
muestran que en pacientes con shock séptico, la administración de
hidrocortisona (200 mg/día), con o sin fludrocortisona, puede acelerar la
reversión del shock y reducir la duración del soporte vasopresor. Sin
embargo, el impacto en mortalidad aún es incierto y varía según la
gravedad y la etiología.
- Dosis y duración: La
dosis recomendada de hidrocortisona es de 200 mg diarios, administrados
por vía intravenosa en infusión continua o dividida en varias dosis
durante aproximadamente 7 días, con posible descenso en la duración según
respuesta clínica.
- Síndrome
de distrés respiratorio aguda (SDRA):
- Recomendación
condicional: Se sugiere el uso de corticosteroides en pacientes
con SDRA moderado a severo en los primeros días tras el diagnóstico,
especialmente en contextos de COVID-19, en base a evidencia que indica
una reducción en la mortalidad a 28 días.
- Evidencia: Efectos
beneficiosos incluyen disminución en la morbilidad respiratoria,
reducción de días en ventilación mecánica y en unidades de cuidados
intensivos. Sin embargo, la evidencia no es concluyente en todos los
subtipos de SDRA ni en diferentes fases de la enfermedad.
- Dosis y régimen: Los
regímenes varían: dexametasona 20 mg diarios por 5 días, o
metilprednisolona en dosis escalonadas (ej., 1 mg/kg/día por 7 días),
seguidos de disminuciones graduales. La duración suele ser de 7 a 14
días, y aún no hay consenso sobre la dosis óptima ni la duración
específica.
- Neumonía
adquirida en la comunidad (NAC):
- Recomendación fuerte: En
pacientes hospitalizados con neumonía severa, especialmente en presencia
de shock o insuficiencia respiratoria grave, se recomienda el uso de
corticosteroides, dado que la evidencia sugiere beneficios significativos
en mortalidad y en la reducción de la necesidad de ventilación mecánica.
- Evidencia: Estudios
recientes indican que los corticosteroides pueden disminuir la duración
de la ventilación, ingreso en la UCI y estancia hospitalaria, con un
aumento moderado en el riesgo de hiperglucemia y posibles infecciones
secundarias.
- Dosis y duración: La
pauta más común en neumonía grave es dexametasona 20 mg diarios durante 5
días, seguida de 10 mg diarios; en otros casos, se utilizan corticoides
como metilprednisolona (1 mg/kg) con duración de 7 a 14 días, siempre
evaluando cada caso particular.
4. Consideraciones sobre efectos adversos asociados al
uso de corticoides.
- Hiperglucemia: Es
uno de los efectos más comunes y moderados, aumentando el riesgo en
aproximadamente un 11-13% en los pacientes tratados.
- Infecciones
secundarias: Existe una evidencia de aumento en infecciones
bacterianas secundarias, aunque el incremento en mortalidad por
infecciones no ha sido estadísticamente significativo en estudios
controlados.
- Neuromuscular: La
debilidad muscular y miopatía, especialmente en tratamientos prolongados,
son riesgos potenciales, aunque la evidencia es variable.
- Otros efectos: Hiponatremia, Hemorragia gastrointestinal, y alteraciones psiquiátricas.
5. Factores clínicos y decisiones individualizadas
- La
decisión de usarlos debe considerar la severidad de la enfermedad, la
presencia de shock, la respuesta inicial a otras terapias, riesgos
potenciales y las preferencias de los pacientes o familiares.
- En
pacientes con neumonía severa o SDRA, el uso de corticoides debe
individualizarse y monitorizarse para ajustar la terapia y prevenir
efectos adversos.
6. Dilemas y áreas de incertidumbre sobre el uso de
corticoides en neumonía.
- No
hay consenso claro sobre qué corticosteroide usar (dexametasona,
metilprednisolona, hidrocortisona) en todos los contextos, ya que la
evidencia sobre una molécula específica, dosis y tiempos aún no es
definitiva.
- La heterogenicidad
de los estudios donde se usan diferentes corticoides, dosis diferentes,
tiempos de duración diferentes. Hace que sea muy complejo decidir que
corticoide utiliza a que dosis y durante cuanto tiempo, teniendo encuenta
que hay q emplear dosis de descenso progresiva.
- El
impacto a largo plazo, particularmente en pacientes con múltiples
episodios o con comorbilidades, requiere más estudios.
Conclusiones
Falta de evidencia robusta y
específica en ciertos subgrupos, como poblaciones con sepsis sin shock o en
casos con menos gravedad en neumonía comunitaria, donde las recomendaciones son
condicionales o directamente no hay recomendaciones .
- Variabilidad
en las dosis y duración del tratamiento, lo que dificulta establecer un
protocolo estandarizado y seguro, además de que no hay consenso sobre la
mejor molécula de corticosteroides ni sobre las estrategias de titulación.
- Incógnitas
sobre los efectos a largo plazo y el impacto en la calidad de vida futura,
dado que la mayoría de los estudios se centraron en resultados a corto
plazo y con un seguimiento limitado.
- Consideraciones
contextuales y de recursos, dado que la relación costo-beneficio todavía
no está claramente establecida en diferentes sistemas de salud, aunque en
algunos casos se proponen posibles ahorros por reducción en ventilación mecánica.
- En conclusión, la aplicación práctica de las recomendaciones actuales debe ser cautelosa y personalizada, valorando siempre los riesgos y beneficios en función de las características específicas de cada paciente y del escenario clínico. Se recomienda usar corticosteroides en formas severas de SDRA y septicemia grave, reservando su uso en otras circunstancias hasta que haya evidencia más contundente que respalde su seguridad y eficacia en diferentes subpoblaciones y en la evaluación de efectos a largo plazo.
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